Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital facilitada por JF Games PR, título actualmente disponible en PC, PlayStation 5 (versión analizada), y Nintendo Switch.
La variedad de videojuegos que existen a día de hoy es realmente extensa, tenemos de todo tipo, de aventuras, acción, conducción, disparos, plataformas, los hay más narrativos, otros no tanto, pero siempre me gusta buscar experiencias que ofrezcan algo diferente, y así es como despertó mi curiosidad Caravan SandWitch, una propuesta predominantemente narrativa que no dispone de combate, ni de pantalla de Game Over, así que os traigo su análisis para contaros todo sin spoilers.
Desarrollado por Studio Plante Toast, y distribuido por Dear Villagers, nos pondremos en la piel de Sauge quien decide volver a su planeta natal en busca de su hermana, puesto que ha recibido una señal de emergencia desde su localizador después de estar desaparecida durante años. Para ello, recorreremos todo el paraje de Cigalo, ayudando a sus gentes, y desentrañando secretos.
Para movernos podemos ir a pie, pero disponemos de nuestra caravana para desplazarnos con mayor rapidez, la cual puede mejorarse con herramientas que abrirán nuevos caminos, y sumarán más posibilidades.
La historia de un planeta
Cigalo ha atravesado momentos difíciles, hace muchos años, una catástrofe alteró la fauna y la flora del planeta, y solo unos pocos quedaron en él, los Reinetos, una especia aborigen, los robots que fueron abandonados tras el desastre, y varios humanos que prefieren quedarse en sus tierras.
Esta es la situación que nos encontramos al llegar con Sauge, nuestra protagonista vive en una estación espacial para alejarse de su pasado, pero tiene que volver debido a una señal de socorro que proviene del Toaster de su hermana, una especie de sistema de comunicación que usan todas las personas. Este es el pistoletazo de salida de la historia, la cual va mostrando sus capas a medida que avanzamos, descubrimos nuevas herramientas para la caravana, y exploramos diferentes ruinas.
La historia principal va ganando interés a medida que avanza, pero no he conseguido enganchar del todo con ella, puesto que me ha resultado algo predecible en algunos de sus puntos, y he sentido más afinidad con las historias secundarias de los diferentes personajes a los que conocemos en el planeta, tramas importantes, que tratan sobre volver a conectar, sobre cómo crecer como comunidad, y de los puntos positivos de vivir en sociedad.
Caravan SandWitch se desgrana en capítulos, y dentro de cada uno de ellos podemos realizar diferentes misiones secundarias, donde ayudamos a varias partes que integran al planeta, ya sea a un grupo de nómadas, a los robots, a los Reinetos, y a amigos, y amigas de la infancia de Sauge, lo cual nos aportará nuevos materiales para mejorar la caravana, o de elementos cosméticos de la misma, así como para ampliar el lore del propio mundo.
Para avanzar de un capítulo a otro debemos reunir una serie de materiales determinados, así que podemos centrarnos en esta tarea, o incrementar sustancialmente esta búsqueda al ayudar a los demás, un hecho que premia el propio juego, y que me parece acertado para conocer más en profundidad a quienes acompañamos en este camino.
Las misiones secundarias se tornan algo repetitivas, puesto que la base del juego se remarca en ellas, ya que debemos hacer de recaderas, buscar ciertos objetos, o llevar a la gente de un sitio a otro, además de fases de plataformeo que son otro de los puntos importantes de la base jugable.
Terminar la historia principal nos puede llevar en torno a las 5 o 6 horas, pudiendo alargarse hasta 7 u 8 con el resto de misiones secundarias, algunas de ellas temporales de cada capítulo, así que solo se pueden completar en ese tramo, aunque el juego nos avisa antes de pasar a otro, y otras que se pueden realizar a lo largo del juego.
El mundo de Cigalo
Nos adentramos en un planeta lleno de detalles, sobre todo lleno de ruinas de antes del desastre, y es realmente impresionante su representación, ya que se pueden observar diferentes edificaciones como centros de investigación, zonas residenciales, o almacenes, todo ello aderezado con un toque postapocalíptico.
No hay viaje rápido alguno, así que debemos movernos a pata, o con nuestra caravana de un sitio a otro, y me parece otro acierto gracias a que nos obliga a conocer las rutas y el paisaje, en los últimos compases del juego ya sabremos perfectamente dónde se sitúa cada cosa, y cada personaje. Para descubrir el mapa debemos desactivar unas antenas que inhiben la señal de localización, una tarea importante si queremos encontrar a la hermana de la protagonista.
Podemos encontrar materiales desperdigados por el mundo, los cuales se encuentran ensamblados a diferentes aparatos electrónicos, o vehículos en desuso, un hecho que suma inmersión y mejora la atmósfera general. Nuestra protagonista también puede saltar y trepar, además de correr para cubrir grandes distancias, pero siempre podemos volver a la caravana pulsando un solo botón.
Viaje en caravana
Nuestra segunda protagonista es nuestro vehículo, una caravana que no sufre daño alguno, y que puede ir más rápido con un solo botón sin gastar energía, la cual debemos mejorar a cada paso para encontrar nuevos materiales, y poder abrir nuevos caminos. En ella equipamos nuevas herramientas según avanzan los capítulos mediante un coste concreto de materiales, y podemos tener un radar la mar de útil, o un gancho, entre otros que es mejor dejar a la sorpresa.
Aunque entiendo la propuesta general que ofrece Caravan SandWitch, habría añadido un sistema de daños a la caravana, que me obligase a ir con más cuidado, a medir más la conducción, o a estudiar bien los caminos para alcanzar algunas estructuras, propone una experiencia más relajada y sin ataduras, pero le habría venido genial algún aliciente para medir más los pasos a seguir.
La caravana es parte del eje central de la movilidad, pero la jugabilidad a pie es igual de satisfactoria, con pocos botones podemos explorar muchos recovecos del planeta, y siempre se disfruta cada nueva ruina, o zona a explorar, donde encontraremos algunos coleccionables como puntos de observación, radios, u objetos que nos pueden servir para misiones, o para regalar a ciertos personajes del juego.
Apartado gráfico y sonoro
A nivel gráfico tiene un planteamiento cel shading que le sienta de maravilla, aunque en ocasiones se produce un contraste bastante brusco entre el diseño de los personajes, que parece más brillante, con los escenarios, un hecho que rompe parte de la armonía general, pero que, a la larga, no será algo destacable.
El rendimiento general es satisfactorio, y no he encontrado ningún error gráfico en la versión de PlayStation 5, donde acompañan los ciclos de día y noche sin añadidos de climatología, algo que sorprende, pero que se puede comprender por el propio lore del planeta. No hay posibilidad de cambiar entre modo de calidad y rendimiento, pero la fluidez general es muy positiva, y sin tirones.
A nivel sonoro nos acompaña una banda sonora muy bien planteada, con temas relajantes que saben adornar cada tramo del viaje, gracias a ese prisma que plantea Studio Plante Toast donde no hay prisa, no hay urgencia, y podemos ir a nuestro ritmo, mientras conocemos al resto de personajes que pueblan el mundo.
En cuanto a las opciones de accesibilidad aprueban con nota alta ya que podemos modificar el tamaño de la interfaz, y activar el radar de accesibilidad, que nos permite revelar la posición de los objetos cercanos mediante pistas visuales y sonoras, así como ajustar el volumen de estos sonidos, para que podamos reconocer el tipo de acción cuando Sauge interactúa con algo dentro del juego. Dispone de textos en castellano, pero no hay voces de ningún tipo, así todo se transmite mediante textos, y mediante lo visual.
Conclusiones
Estamos ante una propuesta narrativa donde predomina la jugabildidad relajada y sin complicaciones, algunas secciones de plataformas son algo más complicadas, pero sin duda se trata de una experiencia sencilla, cuyo aliciente es su historia, y sobre todo, las historias de las persona que pueblan Cigalo.
La parte jugable es muy amigable, y siempre vamos a querer explorar todos los rincones posibles del planeta a medida que conseguimos nuevas herramientas para la caravana, cuyo manejo es muy disfrutable y nos transmite paz y serenidad, como el resto de componentes del juego, donde las pausas en el camino son igual de importantes que avanzar, sobre todo para estrechar lazos.
Me ha gustado mucho la manera en que Caravan SandWitch quiere hacer una experiencia inclusiva, con diferentes puntos de vista siempre respetuosos, donde se pone de manifiesto la importancia del cuidado mutuo, de ayudar a otras personas, y de intentar reconstruir lazos reconociendo los errores, o creando nuevos mediante gestos de bondad y empatía, ojalá más títulos siguieran este ejemplo porque son propuestas necesarias a día de hoy, y que llenan el corazón de grandes momentos a los mandos.
Lo tenéis disponible en PC, Nintendo Switch, y PlayStation 5, si os gustan los juegos más relajantes, que no buscan complicar la jugabilidad, ni la historia, aquí tenéis una gran oportunidad de disfrutar de todo ello, así que os recomiendo acompañar a Sauge en su historia, y en las historias donde participa en compañía.