Oye, que a lo mejor soy yo y tal pero, tengo la ligera sensación que, cada vez que leo o escucho a alguien hablar de la Capcom Home Arcade, lo hacen única y exclusivamente para quedarse con lo obvio.

Que si el diseño es “tal”, que si los juegos son “Pascual” pero nadie llega hasta el final. Nadie profundiza lo suficiente como para que la gente que, como yo, todo eso de las maquinas recreativas nos suenan demasiado lejos y que apenas recordamos vagamente, se pueda llegar a “medio” interesar por un cacharro que supera los 200€ de precio.

¿Qué hay más allá de un logo hortera, un par de joysticks, unos botones y un puñado de videojuegos? Por lo pronto, parece que, para Capcom, con el fanservice, les basta y les sobra.

Tan joven y tan viejo

Como ya he dicho anteriormente, a mí todo esto de las recreativas y la nostalgia me chupa un pie. No viví esa época y, además, con el catálogo de la Capcom Home Arcade como posible referente de lo que ofrecían las maquinas de la época, creo que tampoco me he perdido nada. Pero luego, buceando en foros de supuestos “expertos de lo retro” (que vaya usted a saber quien mide el grado de experto en un campo tan subjetivo como son los videojuegos) me puedo dar cuenta de que el catalogo es bastante mejor que el que Capcom nos ha metido en su egocéntrica videoconsola retro. Y es ahí donde reside el primer problema de esta Capcom Home Arcade, en los videojuegos que contiene el cacharro.

Vivimos una época en la que, como ocurría antaño en la música, las compañías nos hacen sentir la imperiosa necesidad de querer que nos recopilen todo. Como los Caribes Mix y Discos Estrella de la década de los 90 han pasado a las consolas recopilatorias minis con un puñado de videojuegos más representativos de la mejor época (para algunos) de la historia de los videojuegos.

Independientemente de que, en todo el arte, implique un sentimiento y que las grandes multinacionales jueguen con eso de que “cualquier tiempo pasado fue mejor” el hecho de sacar al mercado ciertas videoconsolas en formato mini para ofrecernos un batiburrillo de videojuegos clásicos no deja de ser, de una forma u otra, una manera de preservar algo que, por circunstancias de la vida, es complicado volver a disfrutar a menos que poseas el sistema original en el cual fueron concebidos esos pensamientos nostálgicos tan bonitos y tiernos que todos tenemos.

Realmente es algo que va mas allá de tener un cacharro que simule - aunque sea en formato pequeño - una consola que te transmitió tantas sensaciones en su día. Por mucho que intenten hacernos creer que estamos jugando a una Super Nintendo o una PlayStation, en lo que a factor de forma de la consola y el mando se refiere, ese trozo de plástico y esos juegos no te van a devolver todo lo que rodeaba a aquellas partidas que te pegabas en su día ya que, lo externo a los juegos, es donde realmente reside la nostalgia.

Por eso no podemos resumir lo retro como “los buenos tiempos” ya que, por ejemplo, no tendría ningún sentido decir que “La copa de la vida” de Ricky Martin es la mejor canción de la historia porque el verano de 1998 fuera el verano que mas recuerdo de mi infancia. Pero, aún así, la sociedad consumista nos hace creer que, si compramos estas cosas retro, vamos a volver a ser esos jovencitos que podíamos subir las escaleras de tres pisos sin cansarnos lo mas mínimo, luego te das cuenta que no, que en el segundo piso estás con la lengua fuera y que al día siguiente tienes agujetas en los cuádriceps.

Aunque digan de cara a la galería en las campañas de publicidad, que gracias a PlayStation Classic volveremos a los 90, las mismas compañías son conscientes de que es imposible, a día de hoy, entregarnos todas y cada una de las sensaciones que teníamos en su día por lo que se limitan a ofrecernos una caja que apele a la nostalgia y dentro una consola con la forma de nuestra maquina favorita para hacernos creer, por lo menos, que no ha pasado el tiempo por nosotros.

Luego está Capcom, que se pasa por el forro todo eso y nos planta su nombre en un cacharro gigantesco lleno de joysticks y botones.

¡Oh Capitán, mi Capitán!

Como digo, estas consolas recopilatorias se basan en ofrecernos ciertos títulos que recuerden, en parte, aquella época, en este caso, la época de las maquinitas recreativas y, llamarme loco pero, aunque no haya vivido la época, creo que es obvio que 16 juegos no reflejan, ni por asomo, la cantidad de videojuegos memorables que Capcom tenia en aquella época y, a su vez, recordando la sorpresa que me llevé, a la hora de jugar al Mega Man que incluye el cacharro, pensando que sería un Mega Man al uso, no pude evitar prejuzgar las intenciones de Capcom de “tu mete esto aquí, que nos lo van a comprar igual”. Supongo que licenciar un spin-of sale mas barato que meternos un juego “de verdad”, de cara a la galería queda mal pero qué le vamos a hacer, es el mercado, amigo.

El egocentrismo que Capcom transmite no solo es causado por la falta de grandes títulos en el catalogo, la sensación de “Me vais a comprar esto por que es mío y soy famoso” pasa por, no solo el echo de introducir Captain Commando (que he descubierto que es el culmen de la egolatría máxima, abreviado como Cap-Com. ¿Os imagináis que Super Mario se llama Nin-Tendo?) si no, principalmente, por el factor de forma de la consola.

La Capcom Home Arcade es la incursión de Capcom en el entorno de las videoconsolas recopilatorias de juegos clásicos. Evidentemente lo que mas destaca de la consola es su diseño utilizando el logo de de la marca para darle forma.

Es un dispositivo grande. Muy grande. 74 cm de largo por 11 de alto y 22 de ancho. Algo entendible si tenemos en cuenta que posee dos sticks y un total de dieciséis botones divididos en ocho para cada jugador, pero que choca completamente con la idea que tenemos hasta este momento de consola recopilatoria pequeña capaz de colocarse en cualquier lugar.

No solo se lleva por delante esa idea si no que también se carga la opción estética. Supongo que esto va por gustos pero, entre que se necesita una mesa amplia para colocar el cacharro y que el logo de Capcom no es que sea el sello mas elegante del mundo, va a costar dejar conectado siempre el cacharro a nuestro televisor, no quedando mas remedio que guardarle hasta que lleguen las visitas nostálgicas de la época y, tener guardado un producto de 250 €, no creo que sea lo que la gran mayoría de usuarios busquen.

La Capcom Home Arcade no es cosa menor, dicho de otra forma: es cosa mayor

Pero, a pesar del diseño, los joystick y los botones Sanwa, el resto cumple con los cánones establecidos para este tipo de consolas. Disponemos de, obviamente, un botón de encendido, una salida HDMI para conectarlo al monitor o TV, un Mini Usb que actúa a modo de carga (con alimentador y cable USB/Mini USB incluido) y una entrada USB. Vamos, lo esperable.

Navengando por “los internetes”, a modo de recapitular un poco de información que pueda llegar a ser interesante tener en cuenta a la hora de analizar este producto ya que, como he dicho, a mi esto de lo retro, me da un poco igual, me he topado con el desnudo integral de la Capcom Home Arcade. Lo primero que me llama la atención es el contraste entre lo grande de la consola a lo poco que incluye dentro de la misma. Nos encontramos dos placas, la placa principal y la controladora de los Joystick y botones Sanwa que, a su vez, son los culpables de que la maquina ocupe lo que ocupe. Pero me quiero centrar en la placa principal de la Capcom Home Arcade.

Tenemos una placa que monta el chipset eMMC de Kingston. No es ninguna novedad ya que el eMMC es un componente de almacenamiento popular para numerosos dispositivos electrónicos de consumo, incluyendo teléfonos inteligentes, tabletas y cualquier aparato que nos encontremos por ahí.

Pero, lo que realmente llama la atención del chip utilizado, es que se trata de un M627 lo que directamente nos lleva a conocer la capacidad de almacenamiento real que tiene la consola ya que este componente posee un chip de almacenamiento de 4GB según especificaciones oficiales de Kingston.

Bien, conociendo esta característica y sabiendo, no solo porque aparece en las instrucciones de la Capcom Home Arcade, si no porque la placa posee una tarjeta de red y una antena, llegamos a la conclusión de la posibilidad de poder conectar la maquina a internet mediante Wifi. Sobre el papel, la cosa promete mas que lo que en un principio pudiera parecer ¿verdad?. ¿Os acordáis de aquello que dije hace algunos párrafos de la ley del mínimo esfuerzo empleada por Capcom y “Me vais a comprar esto por que es mío y soy famoso”? Pues eso.

Para empezar a desgranar internamente el software del cacharro hay que hablar del emulador que contiene dentro. Se trata de Final Burn Alpha, una versión de un emulador de juegos arcade clásicos famoso entre los usuarios por tener la particularidad de que es de los pocos emuladores “gratuitos y libres” que circulan por la red.

Evidentemente (y partimos desde ese punto) Capcom quiere ganar cuanto mas dinero mejor pero invirtiendo cuando menos dinero posible. Esta política (licita y respetable, faltaría mas) le ha causado ciertas enemistades durante la implementación del emulador en la maquina, ya que, parece ser, que en la licencia del emulador, consta que está prohibida la venta y la distribución pero, concretamente el 16 abril de 2019, uno de los responsables del emulador escribió un tweet diciendo que el emulador finalmente había sido licenciado por Capcom, por lo tanto, la licencia original del Final Burn ya no era válida.

En fin, mucho mosqueo entre desarrolladores del emulador que terminó con un par de miembros abandonando el proyecto. Resumiendo, todo este tinglado es una pequeña movida que, si sumamos que para muchos entusiastas de la emulación les parece un poco cutre que Capcom se haya decantado por Final Burn Alpha ya que, para ellos, es el más simple de todos y, por ende, el más barato, que la consola cueste 200€ a muchos no le terminan de salir las cuentas.

Casi, pero no

Y es que tampoco cuadra el echo de que la placa tenga Wifi y que este solo sirva, única y exclusivamente, para subir las puntuaciones a la red y compartirlas.

A mi gusto, algo desaprovechada esta opción ya que, no es por dar ideas digamos “polémicas” pero, lo que puede ser un producto “jiji jaja” de sacar una consola arcade para rascar el dinero a los nostálgicos de lo retro, con una pequeña vuelta de tuerca y, aprovechando la funcionalidad wifi que incluye la consola, montar una pequeña Store con un servidor, algunos juegos y que la gente vaya comprando juegos clásicos arcade y se los descargue en la máquina, creo que no hubiera sido una mala idea después de todo.

Explotar algo más, de esa forma, un cacharro que cuesta lo que cuesta, independientemente si quieren cobrar más o menos por los videojuegos pero, que no den la oportunidad de aprovechar más esta consola de esa forma me parece un pequeño error y una forma de desaprovechar una función wifi que no hace más que otra cosa que encarecer el producto final. Si implementas algo y, ya que lo pago, haz que lo de uso al fin y al cabo.

Da la impresión de que única y exclusivamente la Capcom Home Arcade cuesta lo que cuesta es por el echo de incluir los joystick y botones que sí, que se nota la calidad y la buena ergonomía a la hora de jugar pero, en todo lo demás, no llega a compensar el elevado precio que cuesta la maquina. Algo tan simple como, por ejemplo, el manejo por los menús y, repito, ya que pagamos lo que pagamos, que mínimo que un poco de poner sentido común y facilitar las cosas a los usuarios.

El manejo por dichos menús es caótico. Para empezar, resulta un poco incomodo acceder a ellos directamente, teniendo que girar la palanca de tal forma (y mantenerlo) para llegar a la esquina de la pantalla y, una vez allí, pulsar el botón para entrar. Por no hablar de las configuraciones que la maquina tiene que, o bien te lees de arriba a abajo las instrucciones, o andas mas perdido que un pulpo en un garaje. Lo de los menús intuitivos parece que Capcom no lo ha terminado de entender, si bien es cierto que no tardas demasiado en “pillar el truco”, ya tienes que poner un esfuerzo innecesario en aprender a manejarte por los entresijos de la configuración del cacharro.

No le engañéis a mi padre

He comenzado este texto comentando la falta de profundidad de los analistas encargados de dar un veredicto de esta Capcom Home Arcade y, curiosamente, su veredicto pasa (de forma negativa) por comentar algo que, según tengo entendido, los expertos en lo retro, se fijan con lupa. Es momento de comentar “lo del input-lag”.

Sinceramente, a la hora de probar el aparato de Capcom, he intentado poner verdadero énfasis a la hora de fijarme en ese aspecto. Mi obsesión enfermiza entre medir casi al milímetro el tiempo que transcurre entre que yo pulso el botón o muevo la palanca y el muñeco efectúa el movimiento que he ordenado que haga, ha llegado a ser, por algunos momentos, de volarme la cabeza.

Puede ser que mi ojo no sea tan experto como el “ojo experto de un entusiasta de lo retro” pero os juro por el Capitan Comando que no he visto ni he sentido input-lag en ningún momento. Esto me lleva a dos conclusiones. La primera (y después de comprobar que mi monitor no es ningún monitor de la NASA con ultima tecnología capaz de reducir hasta limites absurdamente pequeños la posibilidad de input-lag), creo que, a la hora de analizar, ya no solo la Capcom Home Arcade o este tipo de consolas recopilatorias retro sino cualquier tipo de consolas, es necesario hacerlo reuniendo un minimo de requisitos fundamentales para que la impresión final no esté adulterada por factores externos.

Me explico, si quiero analizar un tema musical del último disco de, yo que sé, Shakira, por ejemplo, evidentemente, es casi imposible tener la misma experiencia y comprender mas o menos la producción de cada instrumento del tema en cuestión si utilizo un tipo de audífono a si utilizo otro. No es lo mismo escuchar música desde los cascos de la RENFE a utilizar unos Audio Technica ATH-M70x. Obviamente en los dos se puede escuchar música pero la fidelidad de unos no es comparable a la de otros.

Lo mismo ocurre con los monitores. No digo que el monitor empleado para este análisis sea un súper monitor de 300 pavos (mas bien ha sido un HP 24es de poco mas de 100 € en su día) pero sí que me he esforzado en utilizar un monitor que no tenga input-lag de forma interna.

Y, lo segundo, si no queda mas narices que utilizar un monitor con “algo” de input-lag, por lo menos intentemos ser legales y especificarlo en la review y no culpabilizar a un cacharro que, precisamente en este punto, cumple a la perfección.

Para fans fans, fans de poster

Capcom decide incluirse a la moda de las consolas “Mini” con una consola que de mini no tiene absolutamente nada. Aunque la esencia de las consolas mini está ahí, es decir, varios juegos incluidos y conectividad plug and Play, no deja de ser una consola de sobremesa si nos fijamos única y exclusivamente en el tamaño.

Con un factor de forma que, a mi gusto, más afea al producto, el logo de Capcom, aún siendo un signo distintivo, no deja de ser una solución bastante hortera para un producto que, bebiendo de la nostalgia, al no existir una imagen clara de la consola que quiere homenajear, han decidido apostar por un diseño pésimo muy lejos de las clásicas consolas mini que hay en el mercado.

Con todo eso podemos llegar a la conclusión de que estamos ante una consola orientada para fans únicamente ya que, si tenemos en cuenta que solo hay 16 juegos incluidos y que el precio no deja de ser todo lo atractivo que podríamos esperar de un producto así, en términos generales, la Capcom Home Arcade, se queda limitado para un público fanboy de la marca que para alguien que tiene curiosidad por probar los juegos que se incluyen.

¿Podría haber sido bastante mejor? Evidentemente. Para empezar por el precio. Está claro que los botones y los joystick son de una de las marcas mas prestigiosas en el sector se refiere pero, construir dos modelos de la maquina, el que conocemos, con dos joystick y otro solo con uno para reducir el precio y ser mas accesible para el gran publico, no hubiera venido del todo mal.

Dónde comprarlo

El precio oficial del Capcom Home Arcade es de 229,99 euros y lo podéis encontrar en la web oficial de Capcom. También os ofrecemos un enlace de Amazon donde lo podéis encontrar más barato:

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