Este análisis ha sido realizado gracias a una copia facilitada por Playstation España, título ya disponible en exclusiva para PlayStation 4.

Me gusta escribir. No hablo de noticias. Tampoco de análisis, ni de artículos. Estoy escribiendo una novela. Me gusta crear historias, personajes, mundos, que salgan de mi mente y corran, en cierto modo, libres, sin que yo pueda hacer mucho por controlarlos. Y por todo ello entiendo cada decisión tomada en el juego de hoy: A Tale of Paper.

Y entiendo que no puedo contaros mucho sobre la historia, y sobre todo lo que os encontraréis en esta corta aventura, acompañando a un personajillo de papel. Jugando a A Tale of Paper he hecho unas 50 capturas de pantalla. Y cada una la hacía porque me sorprendía algo. Después pensaba en ponerla aquí, y no quería, porque significaba arruinaros la sorpresa. ¿Entendéis el problema de este análisis?

Tenéis que jugarlo, y descubrir por vosotros mismos todo lo que nos enseña. Intentaré destacar lo que me ha transmitido, y qué valores son especiales dentro de este título desarrollado por Open House Games. Con estas aclaraciones hechas, empecemos.

A Tale of Paper, merecido ganador del PlayStation Talents

Empecemos comentando que este juego que hoy analizamos ha sido desarrollado por Open House Games. A Tale of Paper surgió como un proyecto de fin de curso de unos estudiantes de la Universidad de Barcelona. Hicieron una versión, la pusieron de forma gratuita en it.chio, y la presentaron a los Premios PlayStation. Y los ganaron. 

Lo que hoy tenemos en nuestras manos es el juego final, tras haber recibido la ayuda que proporciona el programa de PlayStation Talents (espacio físico de trabajo, un aporte económico, asesoramiento, promoción y marketing).

Desde PlayStation se destacaba, al darles este premio, la "innovación, creatividad, talento y una historia preciosa, que conforman un videojuego diferente y muy conmovedor". Dicho esto, vamos a hablar del resultado final.

Estilo y Jugabilidad

El estilo recuerda a juegos como Limbo o Unravel. Estamos ante un título de plataformas y puzzles en tercera persona. Nuestro protagonista será un pequeño personaje de papel con forma de duendecillo. Y, como si de un origami se tratara, adoptará distintas formas, como una bola o una rana. Nuestros principales enemigos, a parte de los puzzles, son roombas (robots aspirador), una araña (no podían ser mariposas, no, siempre arañas), y por supuesto el agua. Recordad que somos de papel.

Los puzzles, en su mayoría, se pueden resolver rápidamente. Alguno puede resultar un poco complejo, si no has jugado a títulos de este estilo. Pero es fácil hacerse, y aprender a manejar las diferentes formas que puede adoptar nuestro personaje. Es sencillo entender la ventaja que nos aporta en cada momento ser una bola de papel, o una rana (que nos permite saltar mucho, pero el control es más difícil con nuestro duendecillo). E incluso se pueden combinar, para saltar más, por ejemplo.

Me parece un apartado muy bien diseñado, aunque a la hora de la verdad solo tengamos cinco transformaciones posibles, a parte de la forma principal de duendecillo. Pero tiene sentido, porque el juego es bastante corto. Ahora os lo cuento.

Historia, la duración y su sentido

Ya os he contado que el protagonista es un pequeño personaje de papel. Y que puede adoptar varias formas. Superando diferentes puzzles. Estos suceden dentro de distintas ambientaciones, como una casa, o unas alcantarillas. Y hasta aquí puedo leer.

¿Por qué? Os lo comentaba al principio del artículo. Contar algo de la historia, o poner una imagen, siento que es arruinar la experiencia que podáis tener en este juego. Solo os puedo decir que el final es especial, y que cada momento vale la pena.

El juego está contado en dos partes, cada una con sus propias ambientaciones, sus propias transformaciones del personaje. Y podemos llegar al final de A Tale of Paper en un par de horas, como mucho tres si nos cuesta algún puzzle concreto. Lo sé, es corto. Pero, de nuevo, merece la pena, y lo entiendo. Han querido hacer algo directo, que logre emocionar, lo importante es disfrutar del camino, de cada momento, y llegar a un amable y claro final. Y nada más.

Cuidado con caerte

Merece la pena

No es una pregunta, es una afirmación. Un poco más de dos horas he tardado en llegar al final del juego, unas tres horas y media en conseguir el platino, en conseguir el 100% del juego, con todos los coleccionables. Pero son horas que he disfrutado, y que han logrado emocionarme.

Y tengo que repetirlo, he hecho bastantes capturas de pantalla, y no os quiero enseñar casi ninguna. Porque sería arruinar vuestra experiencia. Y eso es un valor especial. No todos los juegos logran tener momentos así, que te maravillen tanto, por su belleza a nivel gráfico, o por su estilo. Y en A Tale of Paper eso se aprecia muy fácilmente.

Alcantarillas, oscuridad, y setas que iluminan el camino. ¿Y unos ojos?

La historia nos deja una libre interpretación, en cierto modo, con un final bonito, y un carácter muy simpático y emotivo en todo momento. Y la banda sonora ayuda, pues logra pasar casi desapercibida en muchos momentos, pero te acompaña, a la perfección, en cada momento de tensión, de duda, o de exploración de un nuevo lugar.

¿Es el juego perfecto? No, pero lo que transmite, su emoción, y lo precioso de su descubrimiento, pese a lo corto que es, hace que merezca mucho la pena.