Este clásico histórico de los videojuegos no necesita presentaciones. Sin duda, el mundo entero lo conoce, al menos como comecocos, que es como se llamaba en España en la década de los 80. Parece ser que Toru Iwatani, su creador, se inspiró en una pizza a la que le faltaba una parte para crear lo que hoy conocemos como Pac-Man.

Esta bola de color amarillo nos ha dado a todos muchísimas horas de diversión, y lo sorprendente es que es una fórmula que sigue funcionando. Durante los siete años siguientes de su lanzamiento en 1980 fue el rey de los arcade, desbancando al tan bien recordado Space Invaders. ¿Qué tiene este juego para que todavía puedan seguir sacándole partido? Pues probablemente su simpleza y su jugabilidad. Ya sabes a lo que te enfrentas, sólo nos queda fijarnos en las diferencias con el original, el que hemos jugado todos al menos una vez en nuestra vida.

Esta revisión del antiguo título viene de mano de la propia Bandai Namco, y sin duda no defraudará a los fans. Pero, ¿conseguirá que los que no sean fieles seguidores del juego se entretengan comiendo fantasmas? Síguenos en este análisis para descubrirlo.

Jugabilidad

Hablar de la jugabilidad de este juego se resume a decir si se parece mucho o poco al título original, pues cualquier cambio agresivo acabaría con toda su magia. Y si, se parece, claro que se parece. No es más que una revisión vitaminada del original, en el que han establecido otros objetivos y alguna que otra mecánica, pero en esencia, es Pac-Man.

Es algo esperable, pues tampoco pueden hacer mucho más. La esencia del cambio es el que los fantasmas irán creando trenes (unos pegados a otros) conforme despertemos a otros que están dormidos, y nosotros en ciertos momentos alcanzaremos velocidades de vértigo. En el momento en el que hayamos recogido suficientes puntos amarillos, nos saldrá una bola grande amarilla y podremos comérnoslos. Además, tendremos que tocar varias veces a los fantasmas para que se enfaden y empiecen a perseguirnos por el laberinto. Hasta ese momento (antes de tocarlos dos o tres veces seguidas), serán totalmente inofensivos.

Hasta aquí todo parece fácil, pero la idea es que sólo podremos comernos esa cola de fantasmas por la cabeza, por lo que tendremos que intentar predecir por dónde va a ir (siempre siguen unos patrones que estarán indicados con un rastro gris).

Y aquí entramos en el siguiente punto: la mejor manera de conseguir puntos es haciendo cada vez más largas los trenes de fantasmas para después comérnoslas. No es tan importante, en cuanto a la puntuación se refiere, conseguir los puntos pequeños.

Apartado técnico

Como cabe esperar, el juego tiene un tinte retro bastante notable. Colores chillones contrastando con fondos oscuros, música tecno (con cierto gusto a recreativa) y simpleza, aunque algo sí que ha cambiado en todo esto. Cuando consigues acabar con un tren de fantasmas, se reproduce una animación en 3D bastante chula, en la que Pac-Man sale del laberinto detrás de esos fantasmas que parece que quieren huir hacia la dimensión que normalmente no habitan.

Los controles son muy simples y, como te imaginarás, te haces a ellos en cuestión de dos minutos. Al clásico movimiento se ha añadido la posibilidad de utilizar una bomba para volver a la posición inicial (muy útil cuando te ves en apuros o no te queda tiempo) y la de frenar, para poder esperar en algún sitio estratégico a algún fantasma que va en la cabecera de un tren. Todo esto conjunta perfectamente con un control preciso y perfecto, como no podía ser de otra manera.

Se pueden elegir entre dos distribuciones de controles, pero no hay una diferencia sustancial entre ellos. Lo que sí nos ha gustado es que se puede cambiar la apariencia a tu antojo de todos los niveles y laberintos, el fondo y la música. Puedes quitarla o poner todo el rato la misma. Interesante opción cuando llevas un rato jugando y quizá te apetezca escuchar algo un poco más variado, o reproducir algo de música en segundo plano (sacrificando gran parte de la esencia de este clásico).

Diseño de niveles

En primer lugar, el juego te obligará a pasarte un tutorial en el que aprenderás las nuevas mecánicas del juego (bombas, trenes, giros rápidos, frenadas, etc.). En este momento te darás cuenta que el juego es un Pac-Man vitaminado, y mucho más frenético si cabe.

Verás en el menú principal que hay varios modos a elegir. Una vez completes el tutorial (la primera parte) se desbloqueará el primero, que corresponderá al modo de juego llamado "Puntuación", en el que tendrás que llegar a cierta cantidad de puntos en un tiempo de 5 minutos para ir desbloqueando todos los niveles que contiene. En definitiva, el modo de juego clásico pero adaptado a estos nuevos cambios. Dentro de este modo, tendremos varios "niveles de dificultad". En el primero, los fantasmas se apiñarán en un solo tren. En el segundo, en tantos trenes como fantasmas haya, y en el último, el modo extremo, será todo mucho más difícil y los fantasmas se enfadarán al primer toque. ¿Serás capaz de esquivarlos?. Además de todo esto, contaremos con la oportunidad de practicar en los laberintos para conocerlos mejor, pero en este modo no habrá puntos en juego.

Si superamos con cierta puntuación determinados niveles del mundo anterior, desbloqueamos el llamado modo "Aventura", en el que veremos la verdadera esencia de cambio en el juego. En este modo tendremos distintos mundos en los que hay 11 niveles a superar, en el que el último siempre será un jefe final (a los que aprenderemos a derrotar en el tutorial). Este modo es mucho más rápido y frenético, y tendremos que conseguir un número establecido de frutas.

En conclusión

Para los fans de la saga, este juego será bastante divertido. Cambia bastante la mecánica y los objetivos del juego, pero siempre es bueno un soplo de aire fresco. El ambiente retro te llevará a las recreativas de un plumazo, muy bien logrado y bastante llamativo.

Sin embargo, debemos decir que el juego se convierte en algo repetitivo cuando llevas algunas horas. Pero claro, es un arcade, está concebido para que le eches un rato, no para que lo fundas con en 5 horas seguidas. Si te lo tomas con calma y echando una partida de vez en cuando, lo disfrutarás mucho más.

Lo que estaréis de acuerdo conmigo es que el juego será una auténtica delicia para los amantes del comecocos, y es una buena oportunidad para los que nunca han jugado a él. Te recordará sin duda a ese gran juego que alguna vez fue el rey de todas las recreativas.