Volvemos una vez más desde Sonyers a echar un vistazo a otro de los lanzamientos del conocido pack Arcade Games Series publicado por Bandai Namco y que nos traer cuatro de sus más famosos clásicos adaptados a la nueva generación de consolas, esta vez en PlayStation 4.
La semana pasada os trajimos como primer título el popular Pac-Man y esta semana seguimos analizando uno a uno los diferentes clásicos que podremos obtener ya sea por separado o por medio de un pack en la tienda virtual de PlayStation 4.
La era de los avistamientos
Antes de nada, pongámonos en situación. Galaga fue creado por Namco en 1981 convirtiéndose posiblemente en uno de los títulos arcade más antiguos de los que se conocen, el título era sucesor directo de un exitoso Galaxian que llegaría a Atari unos años antes.
La premisa del título era muy sencilla, controlábamos una nave que debía enfrentarse cara a cara con enjambres de naves alienígenas que nos atacaban lanzándonos bombas o directamente chocando contra nuestra nave.
El inicio del juego nos da la oportunidad de poder mermar las tropas alienígenas mientras se colocan en formación gracias a nuestro armamento, una vez posicionadas las tropas de nuestro enemigo empiezan a realizar ataques en grupo lanzando bombas para intentar acabar con nosotros.
Los enemigos que nos encontrábamos en contra eran naves con aspecto de insectos que las cuales se las conocía de diferentes manera, sus nombres eran Zako (para las que se parecen a las moscas), Goei (para las mariposas), Sasori (las nave escorpión) Midori (naves espía) Tonbo (naves libélula), Momiji o Enterprise, estas tres últimas sólo aparecen en las fases “Challengin” de las que os hablaremos más adelante..
En lo alto de las formaciones nos encontrábamos con los conocidos como “Boss Galaga” que eran unas naves alienígenas que necesitaban de más de un disparo para poder ser derrotadas. No obstante, si estas llegaban a la superficie donde se encontraba nuestra nave lanzaban una especie de campo gravitacional que absorba nuestra nave y se la llevaba como prisionera, sólo derrotando a este enemigo podíamos volver a recuperar nuestra maquina de guerra y añadiendo esta a la que poseemos teniendo así doble disparo para defendernos de los ataques alienígenas.
Cada tres niveles nos enfrentaremos a ataques coordinados en las llamadas “Challengin Stage” donde las naves no forman ante nosotros sino que realizan pasadas aleatoriamente.
Una de las principales premisas del juego es que este, te reta constantemente a ser más eficaz, es decir, el título premia su precisión de dos maneras, la primera de ella es dándote mayor puntuación si acabas con los enemigos en vuelo que si lo haces mientras están en formación, la segunda de ellas premia tu precisión, de modo que si disparas indiscrimidamente serás peor valorado que si lo haces sólo gastando el armamento necesario para acabar con tus enemigos.
La defensa de la tierra
Al igual que os comentamos en el análisis de Pac-Man, este Galaga no ofrece mucho más de lo que os hemos narrado antes, estamos ante un matamarcianos (valdría decir que es el Matamarcianos por excelencia) que no ofrece mucho más salvo combates inacabables contra cientos y cientos de naves.
No obstante, al igual que lo hicieran en Pac-Man, desde Bandai Namco nos ofrecen algunas “alternativas” para hacernos disfrutar un poquito más de la aventura espacial.
Y es que de nuevo, en el menú del juego podemos activar unas pequeñas ayudas que nos permiten, continuar desde el nivel en el que fuimos derrotados (pudiendo seleccionar en cada partida el nivel que queremos hasta el máximo en el que hemos llegado) o aumentar el número de vidas con las que enfrentarnos a nuestros enemigos.
Estas opciones, de nuevo cancelarán el principal apartado del juego que no es otro que el de poder subir nuestras puntuaciones a un sistema online.
Si decidimos activar alguna opción de ayuda en el modo jugable, automáticamente anularemos la opción de poder publicar en el ranking online nuestra puntuación.
Explosiones por doquier
A nivel jugable, poco más puede ofrecer Galaga, si es cierto que esta vez, a diferencia de lo que pudimos ver con Pac-Man, el control del juego con el Dualshock 4 es mucho mejor, solo lo necesitaremos mover de izquierda a derecha de modo que no hace falta tanta precisión que se exigía en Pac-Man de modo que aquí no notaremos fallo en las respuestas más rápidas.
Galaga a nivel sonoro es simple hasta decir basta, enemigos cayendo sobre nosotros con un chirriante sonido de desplazamiento y explosiones, algo similar a el título del comecocos pero con poco más que ofrecernos a nivel sonoro, si es cierto que como punto positivo podremos retocar al igual que en el título del comecocos algunos efectos sonoros paral lograr obtener en nuestra tele el mismo sonido de las antiguas recreativas.
A nivel visual, también se nos permitirá retocar algunos apartados de la pantalla, el primero de ellos tiene que ver con los fondos que podremos alternar entre un par de ellos (se podían haber añadido mas a modo de desbloqueables), también podremos alterar el aspecto del juego marcando las lineas gráficas y mostrándolo tal y como se veía en aquellas recreativas.
Ampliar la pantalla hasta ajustarla al televisor el la última de las opciones gráficas de las que disponemos en el título, algo poco recomendable puesto que degrada notablemente el aspecto gráfico de los títulos de antaño.
Conclusiones
Al igual que lo hiciéramos con Pac-Man, volvemos a recalcar que nos encontramos ante un título que no ofrece mucho, simplemente lo que podríamos llamar como una emulación del original arcade de 1981 salvo por las posibilidades de retoques tanto gráficos como sonoros que hacen que podamos “jugar” un poco con el aspecto ingame del título, pero sin alardes.
El único apartado introducido en el juego que tiene que ver con nuestra generación de consolas es la posibilidad de subir nuestras puntuaciones a un sistema online de clasificación, de aquí poco puede sacarse salvo el precio de 3.99€ que se ofrece el título y de nuevo al igual que en Pac-Man el ansiado trofeo de Platino del que consta la aventura, aunque recalcamos que tampoco aquí es sencillo conseguirlo.
